Otra vendimia finalizada con un resultado de producción aceptable y con uvas muy sanas que nos hacen poner nuestras esperanzas en los futuros vinos, que serán de menor graduación en los casos de las variedades Pardina y Eva y continuarán siendo de alta graduación en la variedad cencibel.
Un año agrícola muy extraño para los viñedos, pues con una buena primavera, y tras las esperadas lluvias, se preveía una gran cosecha, pero las olas de calor de más de 40º aceleraron la maduración de la uva tinta al mismo tiempo que se paralizaban las maduraciones de las variedades blancas que se tuvieron que adelantar a sus fechas esperables.
Seguimos acostumbrándonos y adaptándonos a la vendimia nocturna con muy poco personal, que termina antes de San Miguel y a una mecanización que nos permite seguir sobreviviendo en años complejos de precios, costes y producción.
Las buenas noticias de la Campaña 2025 han sido las variedades Macabeo y Eva que nos han regalado kilos, grados y buena calidad de las uvas para seguir disfrutando con los vinos de Sol de Barros del próximo año.











